La postura presentada por Juan Antonio Reboulen, presidente de la Comisión de Comunicación y Vinculación Política de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero), arroja una luz diferente sobre la disputa planteada por Estados Unidos respecto a la entrada de acero proveniente de China a través de México.
En sus declaraciones, Reboulen enfatizó que el acero importado se queda en México y no se envía al país vecino del norte, refutando así las afirmaciones estadounidenses.
Reboulen subrayó que si bien la industria no respalda prácticas desleales, México importa más del 40% del acero que consume.
“México es un país abierto y trabaja de la mano con las autoridades para asegurar que flujos de exportación a Estados Unidos están controlados y regidos bajo normas del T-MEC”.
Desde la Canacero, se implementan mecanismos para rastrear la procedencia de la materia prima del acero, en cooperación con la Secretaría de Economía, mediante un sistema de alertas automáticas que monitorea la entrada de productos al territorio mexicano.
El presidente de Canacero abogó por un diálogo continuo con las contrapartes estadounidenses, tanto de la industria como del gobierno, para encontrar soluciones que protejan la región de América del Norte del acero desleal proveniente de otras partes del mundo.
Asimismo, desestimó las acusaciones de falta de cooperación por parte de México en relación con el acero chino, calificándolas como infundadas.
Por último, Reboulen instó a dirigir la atención hacia las inversiones de empresas siderúrgicas chinas en otras regiones de Asia y África, donde se llevan a cabo prácticas de triangulación para evitar sanciones y cuotas compensatorias.
“Se debe poner énfasis en estas regiones, ya que muchas empresas del país asiático buscan colocar su acero, para disminuir la sobreproducción que tienen actualmente”.